Alcohol

Drogas: El Alcohol

El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante.

Efectos que causa en el organismo:
El alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Es eliminado finalmente a través del hígado. La presencia continuada de alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría de las lesiones que esta sustancia produce en nuestro cuerpo, como la cirrosis hepática o las encefalopatías en las que el funcionamiento de hígado y cerebro se ve gravemente alterado. Por orden de aparición en el tiempo y en relación con la concentración de alcohol en el organismo, los efectos que pueden aparecer son:
  • Desinhibición.
  • Euforia.
  • Relajación.
  • Aumento de la sociabilidad.
  • Dificultad para hablar.
  • Dificultad para asociar ideas.
  • Descoordinación motora.
  • Intoxicación aguda.
Enfermedades relacionadas con el alcohol:
  • Hipertensión arterial.
  • Alteraciones del sueño.
  • Gastritis.
  • Agresividad.
  • Úlcera gastroduodenal.
  • Depresión.
  • Cirrosis hepática.
  • Disfunciones sexuales.
  • Cardiopatías.
  • Deterioro cognitivo.
  • Encefalopatías.
  • Demencia.
  • Cáncer.
  • Psicosis.
Alcoholismo y los factores que pueden influir:
Una de las consecuencias más graves del consumo excesivo de alcohol es el alcoholismo o dependencia alcohólica. Se trata de una enfermedad caracterizada por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas a un nivel que interfiere con la salud física o mental de la persona y con sus responsabilidades familiares, laborales y sociales.
  • La vulnerabilidad individual: los hijos de padre o madre alcohólica tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas con el alcohol, sobre todo si son varones. También tienen más riesgo aquellos que lo utilizan para aliviar el malestar psicológico o superar sus problemas personales.
  • La edad de inicio: cuanto antes se empieza a beber, más riesgo existe de desarrollar dependencia en la edad adulta.
  • La cantidad que se bebe: aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que no hay una cantidad “segura” por debajo de la cual no haya riesgos, se establecen tres categorías de bebedores en función de la cantidad ingerida y el sexo.
Consumo de alcohol en jóvenes:
El consumo de alcohol en la adolescencia aumenta las posibilidades de desarrollar en la edad adulta un consumo abusivo o una dependencia de bebidas alcohólicas. Los jóvenes rara vez presentan cirrosis hepática u otros trastornos, que se suelen presentar en los adultos tras varios años de abusar del alcohol, sin embargo las últimas investigaciones científicas han demostrado que el consumo de alcohol en la adolescencia, y especialmente el consumo “en atracón”, puede afectar el sistema nervioso central a distintos niveles:
  • Interfiere en el desarrollo del cerebro que atraviesa un periodo crítico de cambios durante esta etapa, limitando su futuro y su potencial individual.
  • Afecta, entre otras, la zona cerebral relacionada con la memoria y el aprendizaje (hipocampo).
  • En los casos en que el consumo de alcohol produce síntomas de resaca o abstinencia, se producen daños sobre la memoria, el aprendizaje y la planificación de tareas.
Como consecuencia, se producen alteraciones de las relaciones personales, del rendimiento escolar, comportamientos violentos y conductas peligrosas para la salud como prácticas sexuales de riesgo o conducir bajo los efectos del alcohol.

"Los efectos del alcohol en el organismo son numerosos y diversos. Es una potente droga psicoactiva que puede afectar de manera grave a nuestro organismo."